Reversionadas una y otra vez, estos modelos se conviertieron en clásicos asientos de todos los tiempos.
De acero y cuero, la silla BKF, también conocida como “Butterfly“ fue diseñada en 1937 por los arquitectos Antonio Bonet, Juan Kurchan y Jorge Ferrari, fundadores del Grupo Austral y se convirtió en el símbolo del diseño nacional en el mundo.
Ray & Charles Eames. Su creador fue un arquitecto, diseñador y director de cine estadounidense. Junto a su esposa Ray, fueron allá por 1950, pioneros en la utilización de nuevas técnicas, como la fibra de vidrio o la resina plástica en la fabricación de sillas.
Panton Chair
El modelo influyó en la evolución del diseño de los años 60 y 70. Además de experimentar con las formas y los colores, Verner Panton se sintió atraído por las múltiples posibilidades del plástico. Su objetivo era crear una silla de una sola pieza que fuera cómoda y que pudiera utilizarse en cualquier sitio.
Egg Chair.
En 1958, Arne Jacobsen quiso hacer una silla pop cómoda. Lleva una capa de espuma debajo de la tapicería para ovalar los bordes y crear una especie de capullo personal.
Tulip
Eero Saarien se inspiró en la forma de los tulipanes para crear una silla que se desprende de la idea tradicional de patas. La base es de alumino y el asiento de fibra de vidrio.
Favela Chair
Los hermanos Campana crearon esta silla de maderas, pegadas a mano y clavadas unas a otras. Parece un trono primitivo, el rompecabezas de piezas de madera de desecho resume la poética de diseñadores brasileros.
The Ball Chair
Diseñada en 1966, la silla emblema del diseño finlandés es icónica. Está hecha de fibra de vidrio y tapizada con telas de calidad. Fue una de las más versionadas en colores.
Era Chair
Michael Thone (1859) popularizó la técnica de doblar la madera con vapor para crear diseños sofisticados con menos material.