Dentro de un espeso bosque noruego funciona el más grande parque de esculturas de Escandinavia. Reúne la obra de artistas consagrados internacionalmente.
En la ciudad noruega de Oslo, un bosque frondoso mutó en una enorme galería de arte contemporáneo a cielo abierto. Basta recorrer el nuevo Museo Kistefos para toparse con las obras de 45 reconocidos artistas de todo el mundo como Marc Quinn, Anish Kapoor, Yayoi Kusama, Shintaro Miyake, Fabrizio Plessi, Olafur Eliasson o Fernando Botero. Las esculturas surgen, casi inesperadamente, entre el paisaje verde y exhuberante.
El empresario y coleccionista noruego Christen Sveaas tuvo la idea: aprovechó una vieja y abandonada fábrica de maderas familiar y la transformó en el más grande parque de esculturas de Escandinavia en el que el pasado y el presente se funden permanentemente. Dentro de los edificios industriales que albergaba antiguamente a la antigua serrería, funcionan salas de exposiciones y eventos, además de un museo que muestra el desarrollo de la fábrica de madera.
Sobre el río Randselva, que cruza el parque, el arquitecto danés Bjarke Ingels diseñó un puente escultura que une dos riveras boscosas y parece retorcerse sobre el agua. La obra se llama The Twist e integra tres galerías con diferentes iluminación y vistas panorámicas.
La artista japonesa Yayoi Kusama impone su psicodelia y obsesión por la repetición y los patrones en esta obra fabulosa.
El artista británico Petroc Sesti busca acercar el arte a la ciencia. Su escultura consiste en un gran recipiente transparente lleno de aceite mineral en el cual el movimiento que comienza en la parte superior del contenedor: una fuerte columna giratoria, un vórtice, se hace más y más fuerte en dirección descendente.
El británico Marc Quinn reflexiona sobre el iris del ojo. El artista está interesado en el sentido de la centralidad de la vista en un mundo cada vez más digitalizado y visual, pero también en el ojo real como un potente portador simbólico. Una metáfora.
“Dinámica” y “Energía” son términos que describen las esculturas del artista inglés Tony Cragg. En esta obra que trasmite presencia y resistencia, se ocupa de la fisiología y especialmente en la física humana. La potencia del abrazo.
“Octopusm” es autoría de Bjarne Melgaard, uno de los artistas noruegos más conocidos internacionalmente. Se trata de la caricatura de un pulpo hecho de bronce que por su ubicación parece haber surgido directamente del río Randselva.
Con su obra Teddy, Beast of the Hedonic Treadmill, el artista noruego Fredrik Raddum llama a la reflexión sobre el consumo exagerado de los objetos producidos en masa, capaces de sofocarnos, a pesar de su apariencia inocente.
En The Path to Silence, el dinamarqués Jeppe Hein convoca a comprender el silencio. La forma de la escultura se basa en el movimiento del agua y crea una variedad de habitaciones con diferentes dimensiones con ausencia de sonido. El silencio ensordecedor en el que el agua llega a la libre expresión en la fuente, pero también deja espacio para la contemplación y la concentración. Un laberinto tradicional desilusiona y debilita el sentido de dirección y ubicación. La forma abierta despierta los sentidos, aumenta nuestra presencia y nos hace conscientes de nuestro entorno. ¿Dónde estamos y hacia dónde nos dirigimos?, una de las inquietudes que conmueven al autor.
Una cita obligada para los amantes del arte y el diseño.
