Animarse a incorporar nuevos materiales en un oficio tan tradicional como la joyería son los pilares de Aike, una firma que nació para romper reglas.
Belén Caputo es de Bariloche, pero lleva años viviendo en Buenos Aires. Haber crecido en Río Negro influye en su forma de ver las distancia (no sólo espacial sino también simbólica) entre la Ciudad de Buenos Aires y las demás provincias del país. Aike, su marca recién estrenada, llamó la atención de los visitantes en el Camino Emprendedor de Banco Nación, durante la última edición de PuroDiseño.
“Exponer con gente de todo el país fue súper importante para mí. Me gusta que todos podamos ver esto tan grande que pasa en Buenos Aires con el arte y el diseño. Y también creo que es clave que desde Buenos Aires veamos lo que está pasando en el resto del país”, dice todavía emocionada por haber sido parte de PuroDiseño.
¿Cuál es la novedad en las escultóricas joyas de Belén Caputo? Como tantos otros artistas, prefiere trabajar las piezas individualmente pero esa no es la originalidad sino el material con el que trabaja. Sus joyas están hechas con trozos de jabón. Y sí, son portables. De hecho, ella está usando un anillo que -dice- ya tiene un par de años.
“Aike es un proyecto que nació en la facultad y hasta hace muy poquito era sólo eso: una colección de accesorios de joyería contemporánea, piezas únicas talladas a mano”, recuerda y sigue: “No trabajamos con moldes ni hacemos producción en serie. Es más, hasta hace muy poco yo hacía las piezas casi a pedido”. Belén presentó sus piezas en diversas exposiciones. No tanto con visión comercial sino más bien con una mirada artística. “De hecho, cuando armé el stand salió algo más cercano a la exhibición que a la venta. Había participado en galerías y espacios ligados al arte, me interesa mucho revalorizar los artesanal”, cuenta.
La posibilidad de llevar sus joyas de jabón a PuroDiseño la impulsó a dar un giro al proyecto. No quería que fuera algo personal sino un proyecto interdisciplinario. “tenía poco tiempo para resolver muchas cosas. Me interesaba llevar la línea a algo más comercializable no sólo por la reproducción sino por la llegada a un público más amplio. Lo que m,e pasa es que en general quienes se cruzan con estos accesorios se entusiasman y se sorprenden. En general, les encanta el perfume del jabón y el tacto que tienen las piezas. Pero no se animan a portarlas porque sigue siendo un material poco convencional, que la gente está acostumbrada en otro espacio”, señala.
Sus neuronas se pusieron en acción: era imprescindible ampliar el equipo. Se sumaron Ailén Colavecchia, Leila Iovine y Gonzalo Múñoz. Él está a cargo de finanzas y administración, mientras que Ailen y Leila apuntalan en áreas como diseño gráfico y packaging. “Queremos cuidar el concepto y apuntar a gente que se anime a portar estas joyas. Juntos empezamos a redireccionar el proyecto. Sabemos que tenemos mucho por desarrollar y que estamos encarando proyectos que llevan tiempo”, explica.
Caputo celebra la existencia de espacios como PuroDiseño, que propician el encuentro con otros profesionales y habilitan el diálogo entre diferentes miradas. “Me encantó estar con emprendedores de diferentes lugares. Me doy cuenta de que cuando uno se vincula con otras personas resuelve desde otro lugar y está más abierto a armar proyectos interdisciplinarios. Creo que el trabajo en equipo es lo más enriquecedor a lo que uno puede aspirar. Estamos naciendo como marca, me encanta este camino en el que estamos”, concluye.