Hace menos de un año dejó el Teatro Colón para vivir una experiencia fabulosa en Burberry y en el Royal Opera House de Londres. Para la diseñadora de indumentaria Nikole Tursi cada sombrero es una pieza de arte. Afuera, asegura, los oficios tienen un valor de lujo.
Desconoce si lo soñó, pero lo que está viviendo la diseñadora de sombreros Nikole Tursi tiene el aura de ensueño de una película imaginada. Desde que ganó el Premio Colbert Argentina, su cotidianidad, a sus 33 años, empezó a girar con vértigo: se animó a renunciar a su rol de vestuarista de reconocidas piezas de ballet y ópera en el Teatro Colón, para vivir una temporada de aprendizaje profundo en Europa.
Llegó hace siete meses a Londres para trabajar en la prestigiosa firma inglesa Burberry y ahora está cumpliendo un workplacement, una especie de pasantía, en el Royal Opera House de Londres.
El concurso que ganó la diseñadora de indumentaria contó con la presentación de 100 artesanos de todo el país y el objetivo fue estimular la puesta en valor y el reconocimiento social de los oficios de excelencia. Este mes de noviembre viajará a París para recibir el premio; een diciembre, vuelve unos días a Buenos Aires a grabar el programa “Mi Oficio, Mi Historia” para Canal Encuentro.
“Me siento muy afortunada y estoy inmensamente feliz. Cada día es mejor que el anterior”, comparte exhultante desde Londres la chica que suele seguir el pulso de su cuerpo para crear. “Tus manos saben cosas que tu mente no sabe. Ahí es donde nace el estilo”, suele decir. Porque para ella, “en el momento en que te empezás a escuchar y te generás confianza, tenés una fuerza imparable. La clave es creer en lo que estás creando”.
¿Por qué los sombreros?
Nunca me voy a olvidar de haber visto en la vitrina de uno de mis locales preferidos en San Telmo, (que lamentablemente ya no existe mas), unos pétalos antiguos de terciopelo violetas y perfectos. Me fascinaron y me di cuenta de que necesitaba aprender a hacer cosas así. El sombrero siempre se convierte en una pieza de arte. Para mí eso es especial, ademas, porque cada sombrero tiene su propia historia.
¿Cuál es tu búsqueda como artista?
Aprender cosas nuevas, que es algo que no tiene fin. Me fascina cuando encuentro objetos “tesoro” de otras personas que me hipnotizan. Me atrapan cuando descubro todo el trabajo y el amor que llevan. Irradian luz. Puedo sentir la pasión, la energía y el deseo de los artesanos o artistas de crear algo nuevo y único. Cuando tenes una conexión real con tus piezas, se convierten en un mapa. Cada vez que volvés a esa pieza podés recordar todo sobre el momento en que la estabas creando. Es como un teletransportador. Tiene una historia detrás y su propia vida. Me gustaría que la gente lo aprecie: el trabajo del artesano, las horas y la dedicación que toma cada pieza y que perduran en el tiempo.
¿De dónde surge la inspiración para tus diseños?
Siempre a partir del material. En el momento en el que tengo el material en mano, ya sea una tela, una rafia, un plástico, piedras, cintas, cordones, alambres, plumas, encajes, pinturas, esmaltes, comienza mi proceso creativo.
Cuando recién empezaba a diseñar, solía dibujar antes. Ahora voy moldeando y probando en el acto, sobre el maniquí con las prendas y sobre las hormas en el caso de los sombreros. Me siento más libre así. Cada pieza lleva un proceso diferente. Le doy vueltas y vueltas hasta sentir que logre la “meta”. Me enamoro de cada una. Voy dándole forma, experimentando desde la elección de materiales inusuales, fusionándolos con telas nobles.
Por eso una de mis pasiones es la búsqueda de materiales nuevos. Me gusta trabajar con los materiales que ya tengo y convertirlos en algo diferente. Intento no comprar cosas nuevas, sino darle la vuelta a mi colección de materiales. Vengo coleccionando cosas que me llaman la atención desde que tengo memoria. Cuando tengo algo en mente, revuelvo un poco hasta encontrar lo indicado.
¿Qué consejo le darías a un diseñador que recién empieza?
Que cada paso que haga, valga la pena. Y todo siempre pasa por alguna razón. Puede ser que no lo entiendas ahora, pero va a llegar el momento en que todo cobra sentido. Y te vas a reír. Confiá en tu don y pensá en grande, tu límite es el que te pones vos mismo. Los sueños se convierten en realidad. ¡Yo vivo sonando con los ojos abiertos!
¿Hacía dónde creés que está yendo el diseño?
Está empezando a darle el valor que merece a todo lo que es artesanal. En Burberry, todo mi trabajo se hace mano (desde texturas, bordados, flores y otras cosas maravillosas) y son piezas que se hacen especialmente para proyectos VIP, como los llaman acá. Se aprecia de verdad el tiempo, oficio. Estos proyectos, fuera de lo que es la gran marca, son slow fashion, cada pieza es única y especialmente hecha para la persona. Así es como te sentís cuando las llevas. Cada diseño tiene que ser una obra de arte.
