La retrospectiva de la obra del artista, exhibida en el Museo Nacional de Bellas Artes, es una oportunidad para conocer la obra de este artista que desafió los esquemas.
“La mirada excéntrica” reúne 37 obras del pintor, escultor e investigador argentino, producidas durante los años 60, 70 y 2000. Varias de ellas pertenecen a la colección privada del autor (que nació en La Plata y actualmente reside en Segovia, España) y son exhibidas por primera vez, en el primer piso del Museo Nacional de Bellas Artes, hasta febrero de 2020.
La experiencia visual que plantea la producción de Paternosto, explica el curador y director del Museo, Andrés Duprat, interroga sobre la presencia de las formas en el mundo. Pero, además, “lleva a los límites la bidimensionalidad de la pintura, apostando a la deconstrucción de las convenciones pictóricas con una propuesta singular: trabajar sobre los bordes del cuadro”.
Uno de los núcleos de la muestra, las obras de los años 60, se destacan por el uso del color y las formas ondulantes, ritmos curvos de bandas coloridas que se recortan contra el marco y parecen exceder los límites de la tela.
“En la producción de Paternosto la abstracción significa; abunda en connotaciones físicas e ideales que solo una visión lateral permite descifrar. Se trata de una geometría que reclama un pasaje al orden oculto de las cosas”, dice Duprat.
En 1969, Paternosto propuso el concepto de la “visión oblicua”: revirtiendo las jerarquías de los elementos del cuadro, el borde del bastidor concentra el interés.
“A fines de los 60, comencé una serie de pinturas que se convirtieron en una dirección frecuente en mi trabajo. En ese momento, se evidenció claramente para mí que, poniendo el énfasis en ubicar lo pintado sobre los extremos exteriores del bastidor de la pintura, y dejando la superficie frontal en blanco, vacía de toda imagen, cuestionaba el hábito ancestral de solamente experimentar las pinturas desde sus frentes. Esta situación me develó la posibilidad de ʻlo lateral y ʻoblicuoʼ como modo de ver”.
Las piezas de los años 70 se caracterizan por su impronta geométrica y minimalista. Los visitantes podrán sumergirse en una de las creaciones de Paternosto a escala monumental: cada vista de la instalación propone tantos subcuadros como personas la recorran, revirtiendo las jerarquías para que sea el espectador quien complete el sentido de la obra. Acompañarán la pieza una serie de trabajos en papel realizados por el autor en las últimas décadas.
En el transcurso de décadas de trabajo artístico, César Paternosto ha encarnado esos dilemas conjugando con lucidez lo racional y lo sensible. Uno de los tantos motivos para aprovechar a descubrir la obra de este enorme autor.