Un grupo de jóvenes diseñadores industriales desarrolló el proyecto en la universidad. Hacen platos descartables en base a sobras de la industria alimentaria. Quieren crecer y escalar la producción.
Estos platos hechos con cáscara de papa formaron parte del proyecto de tesis de grado de cinco estudiantes amigos, de entre 26 y 27 años, que se conocieron mientras cursaban la carrera de Diseño Industrial en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad Nacional de Buenos Aires.
La tesis les exigía desarrollar una máquina, pero ellos, entusiasmados, fueron por algo más: además crearon un material sustentable para reemplazar el plástico de un solo uso o el cartón.
La inquietud del grupo por cuidar el medioambiente era compartida desde aquella etapa estudiantil.
“Creemos que como diseñadores nos corresponde actuar como agentes de cambio, aprovechar nuestra formación y las herramientas que tenemos a nuestro alcance para sumar un pequeño granito de arena. No vamos a cambiar el mundo, pero es nuestro pequeño aporte”, cuenta Clara Cappetta, integrante del equipo de ODA Biovajilla, el nombre con el que se constituyeron como marca y con el que se sienten cómodos a la hora de experimentar nuevas líneas de productos en base a descartes de la industria alimenticia.
Los platos sustentables de papa, que en 2018 les valió el premio Innovar, del Ministerio de Ciencia y Tecnología, surgen de la cáscara que les dona una finca de Balcarce. Pero ese fue el primer paso.
Además, el equipo está probando con otros recipientes fabricados con restos de borra de café, donado por distintas empresas líderes en el rubro. El año pasado, estuvieron presentes en la feria gastronómica Masticar dando una charla sobre emprender de manera sustentable.
Ambas opciones son biodegradables (a los 30 días desaparecen en tierra) y no tienen ni agregados y conservantes.
El emprendimiento de los platos sustentables, cuentan, tiene mucho potencial. A la vez que prueban y pulen distintas recetas, buscan la manera de volverse más productivos para poder absorber la demanda existente y aumentarla a futuro.
Los pedidos son muchos, asegura Cappetta. Especialmente para pequeños eventos que buscan una alternativa sustentable que reemplace a los platos descartables de cartón o plástico. Por ahora, desarrollaron un solo modelo, tamaño postre y playo.
El que está hecho con café, además, marida muy bien con lo dulce, porque el aroma se transmite. Estéticamente tiene un tono oscuro.
El de papa, en cambio, es perfecto para todo uso porque es resistente y no destila ningún sabor.
Una propuesta que, como explica Cappeta, está muy en sintonía “con el cambio que pide a gritos el mundo”: encontrar alternativas para contrarrestar el daño que genera en el medioambiente la acumulación innecesaria de plástico de un solo uso.
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