La diseñadora cuyo estudio tiene sede en Estocolmo, Julia Olanders creó una serie de piezas con formas inusuales en las que la materia prima guía el proceso creativo.
De yeso, hormigón y otros materiales que se suelen usar en construcción; con formas inesperadas y colores con tonalidades integradas: así son los jarrones de la diseñadora emergente sueca Julia Olanders. Las piezas se mostraron en la Semana de Diseño de Estocolmo y estuvieron seleccionadas, entre otros 25 proyectos, para los premios Young Swedish Design.
Cada una de las 15 piezas, de distintos tamaños (pequeños, intermedios y grandes) y diferentes colores, muestra una barriga bulbosa y un cuello delgado que recuerda a una urna griega antigua o un busto sin cabeza.
“Cambiar estos materiales de su contexto original espera cuestionar sus categorizaciones fáciles: blanco y negro, prácticas o decorativas, preciosas o vergonzosa”, escribió Olanders de su proyecto.
Para entrar en contacto con los materiales, la diseñadora tuvo que tomar precauciones. Se cubrió con una máscara de gas protectora y usó guantes. Esas medidas la hicieron pensar y motivar: cómo un material tan tóxico para la piel puede volverse algo hermoso. De esta manera, la creativa intenta mostrar las transformaciones y potencialidades de una materia prima que a priori es descartada.
Los colores van desde el rosa pastel hasta el azul celeste y se logran a partir de la incorporación al molde de distintos pigmentos, antes de la fundición o más tarde, con pintura en aerosol.
En cuanto a las formas, la diseñadora dejó que cada pieza hiciera lo suyo. Sin pretensiones, y dejando espacio al azar y a los movimientos imprevistos.Colgó los moldes de tela boca abajo y les agregó yeso, concreto y una especie de espuma aislante. Son los materiales quienes deciden cuánto espacio quieren ocupar y qué forma quieren tomar en el molde.
El material, así es el que guía el proceso de producción. Las piezas, así, dijo la autora, se convierten en protagonistas de sus propias historias. Trabaja en ellas, confesó, hasta que aparecen las preguntas: ¿es un jarrón o una escultura?, ¿es bonita o fea?. Cuando eso pasa, la pieza está terminada.