La estructura se construyó a partir del origami y revaloriza la ceremonia tradicional japonesa.
Dos estudios japoneses (uno de diseño y otro de arquitectura, Katagiri y Akinori) se juntaron para desarrollar una casa de té nómade hecha de papel y siguiendo la técnica tradicional japonesa: el origami. Los creativos usaron el washi, un tipo de papel muy utilizado en la artesanía local.
El papel constituye la estructura entera de esta pequeña casa bautizada Shi an. La construcción estuvo un tiempo instalada en la ciudad japonesa de Kyoto, en el prestigioso y emblemático castillo de Nijo, patrimonio mundial de la Unesco, y por estos días sigue de gira por Japón.
La casa, de líneas simples y delicadas, está inspirada y busca transmitir la belleza de la fugacidad, el sentido de los valores de Japón hacia el espacio y el medioambiente. Mide 2 metros de alto por 1,85 de ancho. La estructura celular de la casa puede compararse con una persona. “Como un cuerpo vivo, se adapta continuamente a su entorno “.
El método de construcción permite que Shi an pueda ensamblarse y desmontarse rápida y fácilmente sin tener cimientos fijos.
Además, la estructura de origami se puede ensamblar diferentes maneras, de modo de permitir que en interior se desarrollen una variedad de actividades. Para lograr la estructura sólida, el papel, cortado en triángulos, se plegó ocho veces.
Siguiendo este procedimiento, la construcción mantiene la forma bocetada y la rigidez necesaria sin necesidad de usar ningún tipo de pegamento o adhesivo.
A la pequeña casa de té de papel de accede a través de una entrada diminuta (agachando la cabeza) y el techo integra una mínima apertura que permite que la luz natural ilumine el espacio.
Shi an, combina así, el encanto de la ceremonia del té con la belleza de la artesanía japonesa a la vez que revela las posibilidades infinitas del papel en la construcción de mobiliario.