Desarrollan accesorios que respetan los procesos sostenibles. Experimentan con un nuevo material que surge de la red que se usa en las obras de construcción. Se están abriendo paso en el mercado internacional
Apenas se recibieron como diseñadoras de indumentaria, Guillermina Balsells y Silvina Cannito, decidieron apostar a su propio emprendimiento Carro, Efectos Portantes.
Desde 2007, las amigas están al frente de lo que asumen como un laboratorio de diseño “enfocado en la innovación y la reutilización de materiales”.
Juntas crean accesorios de acarreo con materiales no convencionales y recuperados. Hacen billeteras, carteras, mochilas y porta nootbooks con lona micro perforada y la red plástica que se suele utilizar en las obras en construcción como protección.
El verano pasado, en el Fashion Week New York presentaron “Renet save the net”, una colección justamente creada con esa red de descarte, naranja y resistente. La pandemia les cambió los planes. O los relantizó en el objetivo de consolidar la marca a nivel internacional.
Estábamos abriéndonos también al mercado Europeo . Habíamos realizado nuestro primer gran envío a España. Ahora tenemos que esperar un poco mas a que pase la tormenta
Silvina Cannito.
Mientras, trabajan en la versión local de Renet y aprovechan a seguir explorando el material hecho a base de bolsas de polietileno y redes plásticas, modificado con técnicas de termofusión. Es una nueva materia prima “con excelentes propiedades estéticas y funcionales y reciclable en un 90%”
EL PRINCIPIO DE CARRO
El inicio del proyecto estuvo motorizado por el movimiento.
“Cuando empezamos, el desplazamiento urbano comenzaba a ser un estilo de vida. Aparecieron los dispositivos electrónicos y la necesidad de transpórtalos con mucha más fuerza. Esa tendencia nos motivó a crear objetos que estén en sintonía con esas nuevas costumbres”, comparte Cannito.
Desde Carro le dan forma a objetos útiles pero también bellos, entendidos como el resultado de un proceso sostenible.
Para que algo sea útil y bello es necesario que sea éticamente responsable: que responda a una economía circular, sea sostenible y esté en armonía con el medio ambiente. “Nuestra motivación es generar una proyección de estos valores“, cuenta Cannito.
En coherencia con ese principio, trabajan con materiales no convencionales y de descartes industriales.
“Nos gusta ser creativas con el material que tenemos al alcance, con lo que abunda pero dandole un vuelvo. Lo resignificamos. Entendemos que una de las premisas de la sustentabilidad es trabajar con materiales genéricos, que abundan y muchas veces no se aprovechan”, cuenta Cannito.
Trabajan combinando técnicas y procesos artesanales con otros más industriales.
En cada pieza intentamos transmitir los valores que consideramos necesarios para construir un mundo mejor: diversidad, belleza, funcionalidad, innovación y respeto. Nuestros productos están cargados de simbolismos e ideología. Lo viejo se combina con lo nuevo, La duda con la certeza, lo tradicional con lo creativo
Silvina Cannito,
Por otro lado, cuentan, cada material sugiere una forma y un función. Pero la opinión y necesidad de sus clientes es clave a la hora de decidir cual será el próximo producto a diseñar.
El proceso creativo es pura experimentación, prueba y error. Contraposición, “buscando darle valor a lo descartado y rescatar lo perdido”.
Las ideas para crear vienen de muchos lugares: una paleta de color, una montaña de plástico descartado o un gesto en la sociedad.
Esa variedad les permite “crear un lenguaje propio, estilo collage, único e irrepetible”. Que en definitiva, es su manera de conectarse con el mundo y pertenecer.