Integra un pantalla protectora, el tejido que las recubre tiene propiedades antibacteriales y las pertenencias de cada espectador se esterilizan automáticamente. Además, desde un panel de control se puede manipular hasta la temperatura del asiento.
El estudio Layer diseñó una butaca de cine de lujo pensada especialmente para que los espectadores mantengan el distanciamiento social pero vuelvan a las salas de cine cuando pase la pandemia.
El objetivo de los creativos (los mismos que desarrollaron estos sillones originales con telas de paracaidas) es alentar la experiencia de taquilla y contribuir a la mejora de un industria en caída libre.
El asiento se llama Sequel y esta inspirado en las películas del director de The Grand Hotel Budapest, Wes Anderson.
Toda la estructura está tejida en fibras impregnadas en óxido de cobre que, según el estudio tiene propiedades antbacterianas y antivirales.
Además, la tapicería de este sillón premium es resistente a las manchas y al agua: de manera que la superficie se mantenga libre de suciedad por mucho más tiempo.
Cada asiento cuenta con una pantalla protectora que se puede usar para mantener la distancia con el compañero de experiencia cinematográfica.
La luz ultravioleta incorporada esteriliza las pertenencias mediante irradiación germicida ultravioleta (UVGI), que el estudio describe como “letal” para microorganismos como virus y bacterias.
En la parte trasera de cada asiento tiene incorporado luces UV para esterilizar la butaca entre película y película.
La estética es encantadora: los asientos son rosas pálidos, y azules, dos de lo colores de los pasteles que aparecen en las películas del reconocido director.
Las butacas se pueden organizar en filas de distintas longitudes, siguiendo los diferentes tamaños y disponibilidad de la sala.
También, el sillón integra una mesa auxiliar giratoria hecha de polímero que tiene un plato portavasos y espacio para colocar una bandeja de comida.
Desde el panel de control, cada asiento se puede reclinar o extender completamente. Se puede ajustar el soporte de la espalda y hasta controlar la temperatura del asiento.
Los apoyaccabezas también incluyen altavoces integrados para crear una “experiencia de audio inmersiva” para el espectador.
Solo falta que se encienda la pantalla para disfrutar al máximo la proyección.