Sus piezas de joyería contemporánea atraen por su autenticidad. El arquitecto y artista está enfocado en crear amuletos que transmitan protección y bienestar. Su paso por Puro Diseño.
“Diseñar implica una convivencia con el alma, con eso mágico que está dentro de cada uno de nosotros. Diseñar está muy lejos de las imitaciones tímidas y mal hechas”. Esto dice el joyero Celedonio Lohidoy, el arquitecto y artista que desarrolló líneas exclusivas de accesorios para las marcas más importantes del mundo.
Sus joyas contemporáneas son muy valoradas como piezas de arte.
En su taller de la calle Alvear trabaja con perlas y cueros, piedras semi preciosas y otras encontradas en la playa y recolectadas durante algunos veranos. “Trato de que cada pieza provoque algo, te transporte”.
La finalidad de su diseño, dice, es contar un mensaje o una historia. Comunicar lo que siente.
No hace falta que los materiales brillen. “La luz está otorgada por quien las porta y luce. Aparece en la mirada ajena. En la autenticidad de quien la adquiere”.
Una joya “es todo lo que nos haga felices o nos proteja como un talismán. En estos tiempos sin tiempo todo ha cambiado incluso mi mirada y se ha volcado a todo lo que, de alguna manera, nos haga bien. Estoy trabajando mucho en amuletos con los cuales nos sintamos bellos y protegidos.
¿Cuál es tu consigna a la hora de crear?
Siempre me dejé fluir y así logre tener una identidad sin copiar o inspirarme en otros, maquillando el acto de robar. Es importante mantener un sello propio y olvidarte del qué dirán. Sino te desintegrás ante las miles de miradas que recaen sobre vos y quienes tratás de agradar para ser aceptado. Corrés un gran riesgo.
Y el hecho de ser arquitecto me ayuda mucho a saber que casi todo lo que sueño y construyo tiene que ser usable y funcional.
Celedonio participó en Puro Diseño: en 2007, en la categoría Vidrieras, un sector especial reservado a los diseñadores consagrados. Recuerda la experiencia como muy positiva: “Siempre hay alguien con quien consultar y compartir una idea o un proyecto y lo hace de manera amorosa y bajo una mirada profesional. Esas miradas nos sirven mucho por que no están cargadas de emoción, como la nuestra”.
¿De qué manera creés que después de esta crisis se va a redefinir el mercado y el consumo de joyas?
Un sector muy grande de la humanidad se está volcando a lo espiritual y está viendo a la joyería tradicional de oro o diamantes como algo vulgar.
Lo que nos hace únicos y diferentes no es tener poder comprar algo más caro sino algo mucho menos tangible y que el diseño ayuda a mostrar. Portar una pieza única, te hace resaltar tu individualidad.