En Singapur, un grupo de diseñadores renovó y le dio una funcionalidad diferente a cosas que estaban rotas o habían dejado de andar.
Crear piezas nuevas a partir de objetos rotos o que dejaron de funcionar: esa fue la consigna que agrupó a más de 10 diseñadores a pensar nuevas propuestas y funcionalidades para esas piezas en desuso pero con un mucho peso sentimental.
Poner en valor esos tesoros que cuesta descartar por la carga emocional que tienen.
Los creativos, además, tenían que aplicarle a los objetos técnicas artesanales y apelar a oficios tradicionales.
Los objetos forman parte de la muestra R for Repair, en el Centro Nacional de Diseño de Singapur. La convocatoria promueve el diseño desde distintos ángulos.
El diseñador Tan Geok Khim participó con una taza que había pertenecido a su madre, pero cuya asa estaba quebrada.
El creativo alisó y afiló la parte dañada y la convirtió en un recipiente de cerámica que se sostiene con ambas manos.
El asa cortada se guardó en una caja de madera que resiste los estragos del aire húmedo, junto a un folleto que señala ‘beber sin asa’.
Clement Zheng convirtió una radio despertador que ya no funcionaba en un dispositivo, que además de dar la hora, cuenta historias.
Son 11 relatos en los que el creativo narra su vida en Estados Unidos.
Un panel LED hecho a medida da lugar a las historias. Además se renovaron los parlantes para mejorar la calidad del sonido.
El estudio Lanzavecchia + Wai reparó un antiguo reloj de pulsera y lo transformó en una pieza de deco design que queda muy bien en cualquier ambiente.
El estudio de diseño Mighty Jaxx le hace un guiño nostálgico a los colectivos de otra época. El diseñador tomó un juguete que le habían regalado sus padres cuando era chico y lo pintó de dos colores: de un lado evoca el modelo típico de los años 90 y del otro, el presente.
Como si fuera un pasaje entre épocas.
Así, la muestra permite revalorizar el pasado a través de las posibilidades y tecnologías modernas. Nada se tira.