El material de las bolsas plásticas está dando lugar a un tejido sostenible que promete llegar lejos en la búsqueda de un material de diseño amigable con el medio ambiente.
¿Es el polietileno la tela del futuro? La respuesta la tiene un equipo de investigación del Massachusetts Institute of Technology (MIT) que están desarrollando un nuevo tipo de tejido sostenible utilizando fibras de polietileno, el mismo material de las bolsas plásticas.
Los expertos ya desarrollaron tejidos autorrefrigerantes de polietileno y aspiran a que este material pueda convertirse en “la tela del futuro”, más ecológica que el algodón y otros materiales.
Su estudio fue publicado en la revista británica Nature Sustainability y, entre algunas conclusiones, se destacan estas 5 razones para creer que el polietileno es la tela sostenible del futuro.
El polietileno es fino y liviano, lo que permitiría que una prenda confeccionada con este material podría mantener al usuario más fresco que la mayoría de los textiles porque deja pasar el calor en lugar de acumularlo.
La científica Svetlana Boriskina, del departamento de Ingeniería Mecánica del MIT, asegura que “Las bolsas de plástico podrían recogerse y reciclarse en una zapatilla o una campera con capucha”, citó entre los ejemplos de accesorios que podrían empezar a ser fabricados con este material.
El polietileno es más sostenible que el algodón y otras telas. Llegaron a esta conclusión tras un riguroso experimento de test de capacidad de absorción en comparación con el algodón, el nylon y el poliéster.
Comenzaron usando polietileno en “polvo” y usaron equipos de fabricación textil para “fundir y extruir” el material en fibras delgadas. En el proceso descubrieron que el material “se oxidaba ligeramente” y cambiaba la energía de la fibra de polietileno, que se volvía “débilmente hidrófila y capaz de atraer moléculas de agua”.
Entre otras cosas, sumergieron diferentes telas y calcularon tiempo que tardó cada una en absorber el líquido. E incluso colocaron cada tela en una balanza sobre una gota de agua y midieron su peso durante el proceso de evaporación.
En cada prueba, el polietileno siempre eliminó y evaporó el agua más rápido que el resto de las telas.
Dato clave: los investigadores advirtieron que las capacidades absorbentes del polietileno disminuían en la repetición “al refrescar el material frotándolo contra sí mismo se volvía hidrófilo de nuevo”, indicaron.
Y esto es lo que los llevó a asegurar que el polietileno tiene una menor “huella ecológica” que el poliester y el algodón, y también requiere de menos energía para lavarlo ni se ensucia tanto porque “porque nada se le pega”, destacó Boriskina.
Entre otras aplicaciones, el equipo de cientificos ya prueban incorporar telas de polietileno en ropa deportiva, vestimenta militar y trajes espaciales de próxima generación.
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