Sumar valor agregado a partir del diseño y motorizar la inserción social sin descuidar el impacto del proceso en el medioambiente: ese es el propósito de estas Reciclando Conciencia (en Pinamar) y Creando Conciencia (en Tigre), dos cooperativas en crecimiento
La cooperativa Creando Conciencia diseña sin perder de vista el cuidado del planeta y es una fuente laboral para los integrantes de la asociación. Transforman la basura recolectada por un grupo de recicladores urbanos (ex cartoneros) en planchuelas de plástico (símil madera) con la que diseñan equipamiento urbano de calidad y áltamente resistente a la intemperie. Los bancos y mesas para terrazas, jardines y plazas son cada vez más buscados.
La línea de equipamiento urbano ganó en 2017 el Sello Buen Diseño, la distinción que otorga el Ministerio de Producción de la Nación. La cooperativa surgió en 2008, a partir de la preocupación de un pequeño grupo de vecinos por la disposición final de la basura y las condiciones precarias en las que trabajaban los cartoneros. Además, parte del proyecto inicial contempló la formación en distintas áreas: algunos se capacitaron en soldadura, otros en carpintería. Mercedes Ceciaga, Facundo Spataro y Pablo Bianchi se encargan del diseño, siguendo los líneamientos de sustentabilidad de la cooperativa.
Noelía Segovia, directora de la cooperativa detalla los pasos previos a que los diseñadores reciban los listones de madera plástica para diseñar. La asociación recibe de distintos barrios privados y empresas residuos seleccionados en su origen que se tratan en la planta de procesamiento ubicada Benavidez, en la que los recuperadores separan los diferentes materiales (papel, cartón, diarios, telgopor o aluminio), los acondicionadan y clasifican.
Reciclando conciencia
Cansados de ver la playa atestada de basura, un grupo de vecinos -allá por 2010- empezaron a acopiar y a separar plástico, cartón y vidrios, sin saber muy bien para qué. Un tiempo después se formaron como organización e incorporaron la maquinaria que ahora les permite hacer los objetos que hoy ofrecen en la zona. Además, en asociación con el Centro Experimental de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la Universidad Nacional de Buenos Aires, crearon un eco ladrillo a partir del telgopor (un material que genera mucha contaminación). Se trata de un producto con valor comercial, que además se están empezando a usar para construir viviendas para algunos de los socios.
Con plástico, fabrican cestos de basura para separación de residuos, macetas, letras corpóreas, cartelería para negocios o “cuchas” para perros. Todo hecho con plástico (sin agregados de aditivos ni colorantes en el proceso) que recolectan diaramente en los 100 “puntos verdes” que están distribuidos a lo largo de los balnearios de la costa. Y de algunos recuperadores urbanos que trabajan con ellos.