Predomina la madera y las técnicas de fabricación primitivas. Los techos verdes mantienen la temperatura del hogar
A pedido de una familia japonesa que quería una vivienda en la que pudiera “crecer junto a la familia”, el estudio de arquitectos Ryuichi Ashizawa pensó en una casa sustentable rodeada por un jardín en forma de espiral.
La planificación de la casa se hizo a la par que el control del paisaje que la rodea.
La casa se imaginó para cuatro personas y está ubicada dentro de la isla Waji, en Hyogo, Japón .
Un horno de barro constituye el centro de la casa espiralada.
La estructura del techo se eleva hacía el techo, de manera que el calor del horno se distribuye por toda la casa para calefaccionarla. Por el contrario, en verano, el flujo de viento, mantiene el ambiente fresco.
Para concretar el proyecto, los arquitectos aplicaron métodos tradicionales y se sirvieron de materiales de la zona. El acabado de los muros está hecho en base a bambú y cubierto en tierra.
El suelo es compacto y firme, gracias a la fusión de tierra, cal y agua, que se mezcla siguiendo una técnica llamada Tataki. Este método permite que en el interior de la casa se almacene calor, a la vez que la humedad está controlada.
En el centro de la casa hay un espacio, llamado ‘niha’ que permite que durante el día la luz se filtre y esa parte de la casa pueda ser utilizada como espacio de meditación o dar lugar a una reunión con amigos.
Ese espacio no tradicional es un guiño a las casas construidas con madera y revestidas de tierra que suelen encontrarse en la isla de Awaji.
El techo verde alberga distintos tipos de plantas y se riega con agua de lluvia canalizada a través de una pequeño embalse.
El paisaje que la rodea está en armonía con los ciclos naturales y la casa está planificada como un organismo natural en sintonía con el medio ambiente, una manera que ya es tendencia en arquitectura.