El espacio evoca a los locales de otra época: pensado para pasar un tiempo, conversar con otros y sentirse a gusto. Y ante todo, por supuesto, está diseñado para ser funcional. Se puede lavar, pero también planchar y arreglar la ropa.
Un área especial para trabajar la suciedad de las prendas, según sus distintas texturas, otro espacio para coser o enmendar si alguna está rota y un sector para plancharlas: este nuevo lavadero, diseñado por el estudio Stu.dere, está dando que hablar al norte de Portugal, donde se instaló la nueva lavandería.
El interior parece todo menos un lavadero y llama a que el cliente tenga ganas de pasar un rato largo. Las superficies cubiertas por mármol y azulejos verdes le otorgan una estética contemporánea.
Un gran mostrador en forma de L almacena enormes carretes de hilo y todas las estanterías son de madera, un material que combina perfecto con la piedra blanca. El piso de este lavadero con diseño está recubierto por microcemento alisado. Las ventanas imitan la forma del tambor de un lavarropa y aportan luminosidad al lugar.
Las máquinas de lavar se alinean en la entrada del lavadero. Cerca, las mesas de piedra y sillas de madera, invitan a los visitantes a relajarse mientras esperan y toman algo. En una de las esquinas, se incorporó una máquina expendedora de dulces y bebidas.
El lavadero está inspirado en los edificios comunitarios que prevalecieron en Europa durante los siglos XVII y XVIII, cuando los vecinos utilizaban estos espacios como punto de encuentro para reunirse y compartir. Además de lavar, aprovechaban a conversar y a ponerse al día sobre los asuntos colectivos.
En este sentido, Stu.dere buscó transmitir un ambiente de armonía, simple pero elegante, que mantuviera la dualidad entre modernidad y tradición. De esta manera, lograron que las personas se sintieran cómodas usando el espacio.
Las puertas de vidrio dividen cada una de las áreas de trabajo. El mármol también resalta en la mesa alta central, que se apoya sobre las patas cilíndricas de latón.
Las macetas con plantas suman verde al espacio. La elección de ese color, en los azulejos y a través de los detalles naturales, no es azaroso. Al ser un tono que se relaciona con el agua, está puesto para proporcionar una sensación de frescura y limpieza.
El diseño de interior que inspira nuevas configuraciones del espacio pero también de conexión colectiva. Para cuando la pandemia pase y volvamos a encontrarnos.