Diseña zapatos diferentes porque asume que es vital para ella. Pero mantener los números organizados es tan importante, opina, como crear
Las producciones de fotos que hace la diseñadora Jéssica Kessel se salen del molde como sus zapatos: son creativas, casi alocadas y muy artísticas. Sobre todo también se distinguen porque muestran modelos muy coloridos y con detalles inesperados.
Más llamaban la atención cuando empezó con su marca, hace ocho años. “Abundaban las plataformas y zapatos negros y yo hacía zapatos de 4,5 cm, en punta y explotados de color“, cuenta.
En 2012 lanzó su primera colección de zapatos: tuve su primer showroom en su casa y comercializaba su marca por Facebook. El objetivo era hacer conocido su proyecto. Hoy tiene dos locales, uno en San Telmo y otro en Recoleta
“En ese entonces trabajaba en relación de dependencia y hacía un año atrás había decidido que quería hacer zapatos”, cuenta la diseñadora que ya había coqueteado con el mundo de la moda, trabajando como productora. Incluso había llegado a pensar en hacer ropa, “pero nada de eso terminaba de encantarme”.
Cuando empezó a estudiar calzado con un maestro zapatero se enamoró del oficio y ese amor aún sigue creciendo. Hacer zapatos es para mi una necesidad. Quiero que sean piezas de colección para ser usados.
¿En qué proyecto estás trabajando ahora mismo?
En este momento estoy concentrada en la comunicación de lo que hago, en generar un contenido impecable para que el producto se vea claramente.
Es un momento muy particular que nos atraviesa a todos y a todas y “sobrevivir” ya es un montón. Hace un año desarrollé una línea de gafas que sigo comercializando y me enfoque en hacer productos que sean cómodos para usar durante todo el día: mocasines, borcegos, zapatos bajos, zapatillas y una línea de pantuflas.
Con 8 años en el mercado, la diseñadora ya aprendió muchas cosas. Una de las importantes: es clave para un emprendedor ser organizado con los números y ocuparse de la parte administrativa.
“Llevar un Excel prolijo, proyectar diferentes escenarios y producir respondiendo a la demanda me parece tan importante como hacer zapatos de diseños lúdicos, coloridos y cómodos”
Si tuvieras que elegir un modelo entre todos los de tus colecciones cuál elegirías …
Mis preferidos de todos los tiempos son los Louis (¡los tengo tatuados!), los Caterina, que sigo haciendo en diferentes temporadas, los Sandro y los Kubrick. Me cuesta explicar el por qué, pero creo que tiene que ver con su forma y comodidad, y con la posibilidad de combinar muchos colores en un mismo zapato. Eso me encanta.
¿Qué significa la creatividad par a vos?
Entiendo la creatividad como una forma de vida, cómo un alimento que tengo que ingerir todos los días para sentirme bien.
Hay lugares, situaciones y personas que me inspiran y eso sale en forma de zapatos.
La originalidad es uno de tus diferenciales, ¿cómo la mantenés en medio de un mercado competitivo?
Me concentro en hacer lo que me gusta, lo que quiero compartirle al mundo. Entiendo que hay bajadas de tendencia muy fuertes y trato de huirle a eso. Siempre me desencantó la idea de que estemos uniformados.
Me fascina que dos mujeres de ciudades diferentes, con idiomas diferentes y estilos completamente distintos elijan el mismo par de zapatos. Lo que espero de lo que hago es que cada uno le dé su toque personal, que sientan comodidad y seguridad.
Participaste de Puro Diseño, ¿cómo fue esa experiencia?
¡Increíble! De repente un montón de personas a las cuales me costaba llegar pasaban por al lado del stand y conocían mi marca. Aún hoy tengo gente que me sigue comprando porque me conoció ahí.
¿Qué es lo que más te cuesta de ser emprendedora?
Amo mi país, pero a veces hay falta de insumos, aumentos de precios que descompaginan algo ya proyectado y se hace difícil. Pero creo que también, en esos casos, hay que ser creativo.