María Medici. “Cuando se diseña siempre es mejor inquietar”

La diseñadora de joyas y arquitecta María Medici trabaja en una colección que tiene un “objetivo absurdo”. La llama “atrapar el tiempo”. En cada una de las piezas que crea intenta materializar lo que sucede en su mundo íntimo

¿De dónde surgen las ideas?

De todo lo que me pasa. Todo lo que sucede a mi alrededor puede ser el comienzo para empezar una colección. Encuentro ideas en cualquier lado y en cualquier cosa: están ahí, esperando que las tome, las desarrolle y empiece a jugar con ellas. Es casi mágico el modo en el que lo siento.

¿Dos reglas que conviene romper?


Huir de lo obvio: lo que está de moda ya pasó. Tampoco intento querer decir demasiado con mis piezas. En los objetos, el silencio es importante. Es mejor inquietar que apabullar.


¿Qué le dirías hoy al Yo de cuando empezaste a diseñar?

Lo mismo que suelo repetirme ahora: ‘tomate todo el tiempo que sea necesario para disfrutar de tu trabajo’. No hay que dejar de jugar nunca. De hecho, ahora para mi nueva colección estoy diseñando colgantes, broches y anillos que crean un relato personal. Como si fueran un diario íntimo. A la vez, y aunque los metales siguen teniendo una fuerte importa en mi trabajo, estoy experimentando con diferentes materiales como cementos epoxi, metal, papel, silicona, cascara de huevo, caucho, y textiles. La introducción de materiales ajenos a la joyería tradicional no tienen limites.

¿Qué es el éxito?

Diría que tanto al éxito como al fracaso los vivo de manera simultánea. Mi trabajo, pese a ser muy proyectual, es un quehacer de permanentes pruebas y errores, de estos últimos aprendo más que de los aciertos porque me exigen mayor compromiso, repensar qué estoy haciendo y qué quiero comunicar. A veces lo consigo y otras no tanto. Siempre estoy empezando… cada colección es un nuevo desafío. Creo que un poco se trata de permitirse sentir que todo está por venir. Es lo que me estimula a seguir creando.

¿Una obra (pieza/objeto) que te hubiera gustado que sea de tu autoría?

La silla BKF (creada en 1938 por los arquitectos Antonio Bonet, Juanito Kurchan y Jorge Ferrari-Hardoy). Me encanta porque es tan simple como genial: una estructura de hierro con un cuero que se engancha directamente a la estructura, sin ningún extra para sujetarlo. Es un diseño impecable, además de confortable y sustentable. Si el cuero se arruina puede ser reemplazado sin problema , no necesita mantenimiento, ni retapizado.

¿Qué objetos te rodean cuando trabajás?

Son incontables: en mi taller hay herramientas, reciclables de todo tipo, cajas llenas de materiales imposibles de inventariar, pinturas, tintas, lápices, rotuladores, plásticos, chapas de metales, hilos de varios diámetros y secciones.Hay tantas cosas que siempre encuentro algo que me sirve para trabajar. Pero ese es un sector del taller: necesito de ese caos para trabajar. Hay otro espacio que está libre y ordenado. No trabajo rodeada objetos personales o familiares, porque necesito estar despojada. El espacio da a un patio con plantas y a una enredadera que cubre todo el muro. Amo el silencio del taller, lo disfruto muchísimo.

¿Con qué bebida, canción o prenda combinarías tus joyas?
Con un vestido negro y una copa de agua con mucho hielo. Menos es más.

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