Para la joyera Luz Arias, crear implica modificar y dejar su impronta. Está trabajando en una serie de esculturas en vidrio, sin descuidar sus piezas portables tan codiciadas.
La joyera Luz Arias encontró en el vidrio un material fabuloso que la hace “vibrar”. Y ese hallazgo fundacional se volvió fundamental para poder crear, crecer y trabajar con la imperfección.
Ahora mismo está haciendo una serie de esculturas de vidrio con Ana Manghi, participando del evento virtual MAD About Jewelry en Nueva York y preparando una cápsula de joyería para Ay Not Dead. Este año, por la pandemia no pude viajar a mostrar sus joyas en Alemania, en la feria de Frankfurt como lo hizo durante tantos años seguidos.
¿Cómo modificó la pandemia los circuitos de las joyas?
Cortó el circuito de circulación de muchas cosas. En el ambiente de la joyería pasamos por un año de gran frustración que lleva a preguntarse muchas cosas, pero creo en las preguntas. Las respuestas ya llegarán. Me parece que la única manera de cambiar las respuestas, es cambiar las preguntas.
Esta crisis aceleró y apretó al silencio. Volvió a arrancar y nos llenó de miedos, nos obligó a preguntarnos por lo importante. Creo que ese “toc toc” en cada puerta va a quedar hasta que abramos. Estamos gestando nuevos nosotros.
¿Cómo estás llevando este momento tan difícil?
Como un espacio de aprendizaje, de cambiar de ideas y de decidirme a ser esa otra que estaba a la vuelta de mis propia ganas.
UN MEDIO DE COMUNICACIÓN
“Diseñar es reformular una parte del mundo que transformo y se vuelve como yo lo sueño, con mis problemas, mis colores y mis soluciones”, comparte Arias para quien cada pieza es un medio de expresión, un canal para transmitir una emoción, un mensaje propio. Es, en definitiva, “un medio artístico”.
Después de formarse en metal, platino y oro, el vidrio es el material con el que eligió trabajar. Su forma más genuina de mostrar esa voz propia. Arias genera colores texturados y con movimientos en cadenas y anillos con la técnica del lupado.
Y le va muy bien con ese lenguaje. Expone sus joyas en todo el mundo, aunque llegar no haya sido fácil.
“Al no existir en una formación formal en joyería, el camino es un poco autodidacta. No hay quien te enseñe. Tenés que buscarte los cursos afuera y eso genera un gran esfuerzo”, comparte Arias, que eligió Estados Unidos y Barcelona para capacitarse y encontrar un modo singular. Los logros llegaron después.
“Me gusta que mis piezas transmitan aquello blando y mojado del vidrio. Que los colores den alegría, jugando con las escalas y las proporciones. Disfruto de la superficie lisa del vidrio y me gusta permitir que otros también lo sientan”
Luz Arias
¿Qué consejo le darías a alguien que está empezando?
Es muy importante tener un blog, una página o estar en las redes. Pero antes que nada, es clave buscar primero sentirse cómodo con una manera de trabajar. Para mí la formación en metal fue muy importante para lograr lo que logré después. Es fundamental tener una solvencia en algo. Ser bueno en algo que te permita cierta expertise para poder convertirlo en tu medio de expresión. Sí sabés hacer el ABC podés tirarte a la pileta y experimentar. Y eso que encuentres después te tiene que apasionar.
