La ilustradora concibe su arte como un dispositivo de comunicación que le permite transmitir. La importancia de articular con otras disciplinas y reflexionar sobre el hacer y la época. Cómo influye en su creatividad la pandemia. De todo esto conversamos con ella
A Laura Varsky le gusta presentarse como una diseñadora que ilustra. Porque, claro, es diseñadora gráfica por formación y ese pasaje académico la marcó profundamente.
“Me formateó en mi modo de pensar, de proyectar y de accionar. Quienes nos dedicamos a la ilustración, al menos en Argentina, somos en su gran mayoría un poco autodidactas, o seres híbridos que venimos de otras disciplinas. En mi caso es muy notorio que no provengo del dibujo sino del diseño. No soy de esas personas (a quienes envidio con cariño profundo) que andan con su libretita registrando en dibujo su mundo sino que me siento a construir una imagen con un objetivo por delante. Mi conexión con la ilustración proviene de ese camino proyectista que me dio el diseño”
Lo suyo son los libros y los discos. Participó en montones de proyectos artísticos y comerciales y ganó el Premio Grammy Latino al mejor diseño de empaque como directora de arte (en 2006) y fue nominada en 2014, 2015 y 2018.
Por estos días, está cursando un posgrado en Flacso sobre Gestión y política en cultura y comunicación y está ocupada en un libro ilustrado y en un proyecto de diseño para un libro infantil.
Además integra Hay Futura, una agrupación que cuestiona prácticas de la profesión desde una perspectiva de género.
Está trabajando, además, en la puesta en marcha del posgrado de Ilustración Profesional que codirije junto a Florencia Capella y Martín Laksman desde la FADU, UBA”. ste año se presentó como un año de grandes cambios.
¿Qué significa para vos la ilustración?
La ilustración es un dispositivo comunicativo. Es la construcción de discurso a partir de la imagen. Y en esa construcción se pone en juego la voz de quien ilustra. Su manera de ver al mundo, de interpretarlo y transmitirlo.
Desde lo personal es la posibilidad de expresarme, de intentar entender lo que me pasa a través de la elaboración de una imagen y de generar un puente con quienes la vean.
UNA ILUSTRADORA EN CUARENTENA
Estos días los sobrelleva en familia. “Estoy atravesando un tiempo del no tiempo y estoy tratando de entenderlo de ese modo, sin obligarme a cumplir metas imposibles”
¿El aislamiento es una puerta a la creatividad o, por el contrario, obstruye y deprime?
Supongo que depende de cada quién y su contexto. En mi caso, entendiendo que la creatividad no es más que un sistema de operaciones encadenadas en las que alterno mucho esfuerzo, experimentación y concentración, debo decir que el aislamiento la tiene bastante adormecida.
El aislamiento, viviendo en familia y con niños y niñas, paradójicamente, conlleva una pérdida total de la privacidad. Por eso creo que estoy funcionando mucho mejor pensando de manera colectiva, abriendo canales participativos y buscando reflexionar en conjunto.
Es justamente el aislamiento físico quien me impone la necesidad de trabajar junto a otras y otros. Es verdad que era un proceso mío, interno, que venía gestándose pero las urgencias del momento la han exacerbado e intensificando me parece.
¿Qué cosas hacés para mantenerte activa en relación a la búsqueda de nuevas ideas?
Estoy leyendo bastante, todo lo que puedo en este contexto de interrupciones constantes. De manera desorganizada, picoteando de acá para allá, con múltiples cosas abiertas al mismo tiempo, más desde la pantalla que desde el papel.., bah, como se puede..
¿Qué función social dirías que cumple el diseño?
Creo que tanto diseñadores como ilustradores debemos ser muy conscientes de cuál es el objetivo final que involucra a nuestras acciones profesionales. Detectarlo y analizarlo. Fijar una posición al respecto y actuar en consecuencia.
Tenemos responsabilidad(es) sociales. Dependiendo del área específicas en el que trabajemos es variable su alcance. Pero es fundamental entender la responsabilidad que nos toca y trabajar en pos de ella de manera consciente.
En mi caso entiendo que desde el diseño para las industrias culturales, mi responsabilidad es dotar de una voz gráfica a otros, ser fiel a sus discursos, a sus contenidos y potenciarlos. Sé que los proyectos que me involucran crean una huella cultural e identidad colectiva.
Desde la ilustración también, depende siempre del tipo de proyecto que convoque. Pero entiendo que ilustrar es generar imágenes circulantes y masivas. Sobre todo en la ilustración aplicada a objetos ya que estamos hablando de imágenes que se inmiscuyen en la cotidianeidad. Y una ilustración es solamente la punta de un ovillo que busca abrir el diálogo frente a un lector, proponerle una fantasía, una reflexión, un juego.
Su responsabilidad es despertarla y, al igual que el diseño, aportando finalmente a la construcción colectiva cultural e identitaria.
¿Creés que esta crisis va a atravesar también este campo profesional?
Sí, y le va a hacer mucho daño a nuestra industria. Porque somos percibidos como prescindibles en muchos casos. Ante la urgencia se pierde, por momentos, el foco sobre los sujetos y sus necesidades sensibles y simbólicas. El diseño probablemente se vuelva más funcional que articulador y la ilustración, en fin.., creo que vienen épocas difíciles para la disciplina. Pero claro, nunca pierdo la esperanza de equivocarme.
Por esta razón creo que es fundamental agruparse, volver las peleas colectivas, generar masa crítica y salir con propuestas superadoras que nos involucren como agentes activos en el devenir social.
¿Cómo creés que el diseño puede colaborar?
El diseño siempre debe trabajar en pos de alianzas. El diseño per se no es nada. Serán estas épocas de articular más que nunca con otras disciplinas, de indagar, aprender, sumar. Por eso es que digo que el diseño debe preguntarse mucho para luego salir a proponer.
PH: Gentileza Alejandra López
