El objeto lúdico definió el resto de las decisiones de estos arquitectos canadienses que diseñaron una casa adaptada a las necesidades de sus chicos, no tan pequeños.
Un tobogán celeste recorre el centro de la estructura de esta casa de dos plantas en la que vive una pareja joven con sus 3 hijas.
Ubicada en Toronto, Canadá, es una obra del estudio de arquitectura Reflect Architecture.
La incorporación de este objeto lúdico, junto el aprovechamiento máximo de la luz natural, fueron los objetivos más importantes que siguieron los profesionales para este proyecto al que llamaron “Caminante”
El desafío fue lograr que la planta baja, unida por una escalera de madera, no tuviera la apariencia de un sótano.
El estudio propuso una gran abertura para conectar los dos niveles de la unidad e iluminar de manera natural.
Usos y necesidades
Una vez que se colocó el tobogán, las escaleras y el espacio de doble altura, se revisó una lista de los usos deseados por los clientes dentro de su hogar.
El espacio para cocinar, comer, entretenerse, estudiar y jugar juegos de mesa están ubicado en el frente de la casa detrás de grandes ventanales orientados al sur.
Por el contrario, un espacio aislado para trabajos que requieren mayor concentración (y que suma una pizarra de pared amplia) se ubicó en la parte trasera, junto con las mesas centrales con energía integrada y un panel de vidrio deslizante que conecta con el jardín.
En el nivel inferior, los dormitorios de las tres niñas están en su propia zona con dos baños adjuntos.
El proyecto es inspirador de las ideas que surgen cuando se diseña pensando en las necesidades y usos. En caso, lo lúdico fue prioritario.
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